El príncipe de los ejércitos celestiales había caído a la tierra siglos atrás. Las tres cuartas partes de sus soldados lo siguieron voluntariamente al destierro. Una luna de sangre se asomó sobre el horizonte de la humanidad cuando las alas color zafiro de Lucifer. Trocaron el azul del cielo por el carmesí de las pasiones […]
En pleno siglo XXI unos pocos elegidos son los guardianes del tiempo de Dios. Aún queda suficiente luz para impedir que ángeles y demonios vuelvan a tomar las armas después de la última odisea.
Marcado está el día del apocalipsis dijo el señor y la tierra desaparecerá en llamas para eliminar la maldad y la depravación de la tierra.
El ángel de la destrucción había desaparecido. Esa nuevainterrogante pendía entre el cielo y la tierra. Ni siquiera la potente visión del señor del universo, puede divisar el paradero del arcángel destructor de galaxias; entre los millones de almas que pueblan la tierra.
Una ola de violenta calma recorre el planeta y mientras ángeles y demonios se disputan el derecho sobre el destino de la humanidad muchas cosas están a punto de cambiar.
Es hermoso el oriente de Cuba. La costa acariciada por el sol reverbera como espejo herido por la luz. El poder del mar podía sentirse en las personas y las cosas. Formando parte de unaarmonía indisoluble.
En un pequeño pueblo a orillas de la bahía Chibirico vivía la joven Lía. Cada tarde, al volver del trabajo. Sus ojos se perdían en la azul inmensidad, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
Vivía al lado de un hombre que había disipado sus ganas de vivir. Sus días trascurrían tristes, entre una agotadora jornada laboral y peleas maritales; donde no existían límites para lo degradante. Su alma se llenó de heridas que el tiempo no podría sanar.
Una tarde decidió visitar a su padre. Un hombre que la había apoyadosiempre. Sus consejos le habían servido de consuelo, cuando sentía que su mente colapsaba.
Había instantes en que la vida dejaba de tener sentido.Abrumadoras preguntas se hacían camino dentro de su mente, perturbada por el dolor y la soledad.
─¿Qué haré?─ se preguntaba─¿Estará mi vida siempre vacía de amor?¿Cómo sería no sentir dolor o angustia? No sentir… nada.
Pedro, su padre. Vivía en un pueblo pequeño llamado Punto Nuevo. Poblado de pastores, pescadores y agricultores; ubicado a pocos kilómetros de la bahía.
¡Notable lugar! En medio de la enorme sequía que consumía la región. Se alzaba una montaña, cuya cúspide se mantenía siempre verde.
Los pastores la evitaban. Enormes piedras que se desprendían de la empinada estructura, hacían estragos en los rebaños.
Era un monte peculiar. Se contaban historias de extraños monstruos que bajaban al océano al anochecer. De un lindo joven de piel morena, que de vez en cuando descendía y se paseaba por el pueblo sin decir palabra. Montando un caballo color azabache.
Lasjóvenes casaderas de la vecindad soñaban con aquel joveninaccesible. Se rumoraba que era hijo de un campesino adinerado.
En tarde la joven sintió deseos de salir al camino. Las rocas parecían enormes diamantes diseminados en la altura. El sol brillaba. La montaña parecía llamarla a descansar debajo del follaje misterioso de los árboles.
Decidida a escalar el monte. Cambió su ajustado pantalón por un corto vestido de verano, que daba libertad a sus miembros. Calzó unas cómodas zapatillasy salió de la casa.
Mientras se acercaba a la falda de la montaña su corazón latía con fuerza. Sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo. Sintió como si las viejas energías volvieran a su cuerpo. Por unos momentos se sintió en paz consigo misma.
Siguió un camino amplio que serpenteaba. Escuchaba los pájaros cantar y el perfume del arrayan esparciéndose alrededor. Contra toda razón, encontró un hilo de agua que se ensanchaba y parecía murmurar; mientras corría siempre hacia arriba.
Todo pareció oscurecerse. Pero fue solo una sombra gigantesca que pasó. El camino se interrumpió. Una empinada y peligrosa senda apareció ante sus ojos. Rocas sueltas se desprendían con estrépito, arrollando todo a su paso.
Se aferró con fuerza a los arbustos que espinaban sus manos. Escaló dejando gotas de sangre en las piedras, en la yerba, en el aire que soplaba frio en surostro moreno.
De pronto una racha de aire caliente le acarició la frente. Provenía de una abertura en forma de arco a la izquierda del macizo. Daba acceso a la entrada un alero de diminutas dimensiones; que al menor movimiento podía precipitarla en el vacío.
Lo pensaba cuando un rostro se asomó por la abertura. Había una interrogante muda, en aquella mirada que tenía los colores del mar profundo. Solo duró un instante. Un segundo que bastópara que ella decidiera dar aquel peligroso paso.
Apenas había puesto sus pies en el alero cuando se desmoronó. Se sintió caer. Por una fracción de minuto su vida desfiló ante sus ojos. Una vida carente de ambiciones y afectos. Supo que iba a morir. No le importaba. Solo sentíavacío.
Una mano poderosa detuvo su caída. Fue alzada por unos brazos fuertes. Mientras su cuerpodeshacíala tensión con un desmayo, lallevaron en brazos; a través de un pasadizo en el corazón de la montaña.
Cuando se despertó se encontraba tendida sobre unas blancas pieles. Un jovenzuelo limpiaba sus manos heridas con un ungüento que le proporcionaba alivio inmediato a sus dolores.
─ No te preocupes─le decía─Te cuidaremos.
Ella no respondió. Podía escuchar el murmullo del mar. Cuando lo divisó a un costado de la gruta, algunas lágrimas rodaron por sus mejillas.
Minutos después un joven delgado, de ojos negros entróen la estancia diciendo:
─¿Cómo es posible?─ llevo años visitando la entrada del túnel. Pudo haber muerto Baltasar.
Seguidamente otro joven hizo su entrada. Aparentaba unos treinta años, piel morena, esbelto. Resaltaban en su rostro unos bellísimos ojos verdes.
A primera vista hubiese parecido infundado el temor que provocó su entrada, en los dos jóvenes que estaban en la habitación.
Había penetrado con él un viento gélido, que hizo que la joven se acurrucase en la piel que le servía de manta. Su voz sonaba metálica cuando le dijo al mozo de ojos negros.
─Moira. Ella no es la persona que esperas. Pasaran algunas lunas más, antes de que cumplas tu propósito entre nosotros. ¡Regresa a la ciudad!
El mozo salió apresuradamente. Lucifer que así se llamaba el recién llegado. Reprendió duramente al joven que quedó en la habitación.
─Te he dicho que nadie la viese. ¡Me has desobedecido!
Contestándole Baltasar.
─ Todo fue demasiado rápido señor. No pude hacer nada. Debió haberle visto llegar con ella. ─Su voz temblaba ligeramente.
Con un ademán le indicó que se apartara, mientras tomaba las manos de la joven. Primero las acarició dulcemente. Después las apretó con fuerza hasta hacerle daño:
─ Dame una razón, para no devolverte al precipicio del que te he sacado.
Ella lo miró fijamente, pero no dijo nada. Después bajó su mirada hacia el mar.
Lucifer soltó sus manos, como si hubiese sido herido por un rayo. Tanta desesperanza, dolor e incomprensión. ¡Tanto sufrimiento! Era una réplica de su propia desolación; puesta al desnudo por un alma humana.
Salió de la habitación envuelto en un torbellino de fuego. Mientras el adolescente temblaba de miedo.
¿Por qué se habían comportado sumisamente ambos jóvenes?¿Por qué tanto miedo a alguien que parecía tan inofensivo?
El pasadizo en la montaña. Era una puerta a la ciudad de Ankara. Hogar de los ángeles caídos. Fieles seguidores del antaño príncipe de luz de los ejércitos celestiales Lucifer, la estrella del alba.
Eldestierro aque los había condenado el señor de los cielos los mantenía confinados. El odio del príncipe por Dios y sus seguidores solo era comparable al amor del padre por su creación.
Siglos de incomprensión habían desatado un mal tan grande en el alma inmortal de Lucifer, que solo era feliz con el sufrimiento de los humanos.
Dios miraba el macabro espectáculo desde su trono de estrellas. Sin poder intervenir en el destino de la humanidad. Al haber dado a los humanos el libre albedrío. No podía deshacer las malas decisiones quetomaban,costando la vida a tantos inocentes.
La joven sollozaba mientras Baltasar inquieto, intentaba consolarla. Le preguntó por su vida pasada. Recibía lágrimas en lugar de respuestas.Le advirtió disgustado:
─ Te pregunto por tu bien. Mi señor dejó de creer en lágrimas hace demasiado tiempo. ¡Respóndeme! Quiero saber cómo llegaste aquí.
Con la voz entrecortada por los sollozos le respondió.
─Llegue aquí detrás de un rostro hermoso, lleno luz. De unos ojos azules como el mar profundo. Solo lo vi un instante. Luego se desvaneció, como se desvanece todo lo bello de mi vida.
Baltasar dio un respingo de emoción.
─ ¡Es imposible ver la verdadera apariencia del príncipe después de la caída!
Volvió a entrar Lucifer. Almirar dentro de su fiel servidor la esperanza se abrió paso lentamente en su corazón.
Miró a la joven. Trató de penetrar sus pensamientos, pero una claridad irresistible le impedía ver más allá de los ojos negros. Le preguntó.
─¿Es cierto que me has visto? He sido maldecido por la humanidad. Solo puedo llegar a ellos como un monstruo. Como este joven de piel morena o en los deseos de las almas ruines que me llaman.
¡Para ellos soy el diablo!
No se le escapó el gesto de impotencia que arrugó el rostro del joven.
Lía le respondió afablemente.
─No es tan malo lo que te pasa. Si miras bien a tu alrededor; nuestros problemas son mucho peores.
Existe mucho sufrimiento gracias a ti en la tierra.
─ ¿Eso piensas? le dijo.─¡Mírame!
Se transformó en un horrendo animal. De esos que la gente dibuja para dar miedo a los niños o para animar películas terroríficas. Lía sonrió al ver la semejanza.
─ ¿Te atreves a reírte de mí? ─Gritó el joven mientras la amenaza brotaba de su garganta como un rugido.
─No me río de ti ─ Le contestó. ─ La gente teme a lo que no conoce. Es por eso que te ven de esa manera. En tu nombre reflejan sus miedos más irracionales. Así es como ven el mal.
─ Y tú, ¿No tienes miedo? ─ Le preguntó.
─ Sí, tengo miedo. Pero sé que no eres así. Lo sé porque creo enla vida, en los sueños.Creo en tu padre que te creó con una porción de sí mismo y en el amor. Porque con amor te hizo Dios perfecto.
Suspalabras parecieron un conjuro de cuandomágicas criaturas poblaban el mundo. La magia de la fe sin manchas dio su mejor fruto.
La transformación fue instantánea. Había tanta luz que dañaba los ojos. Desprendíaun calor tan intenso que costaba respirar. Ella perdió el sentido.Cuando despertó. Allí estaba la mirada azul que la sorprendiera en la montaña.
El rostro maravilloso coronado de cabellos de oro vivo. La sonrisa que disipó la oscuridad para dejar ver la enorme ciudad gótica que levantaba sus torres doradas hacia el cielo, desde el mar. Baltasar loco de alegría señaló la ciudad. Lucifer lo despidió con un ademán.
─Ve, los tuyos te esperan.
Para sorpresa de la joven. Baltasar desplegó sus alas y desapareció a la velocidad del rayo.
─ No te asombres ─ le dijo la estrella del alba.─ A pesar de su apariencia, es uno de mis más fuertes guerreros. Implacable, veloz, un fiel servidor.
Ven quiero mostrarte algo que hacía muchos siglos no me detenía a contemplar.
La tomó de la mano. Caminaron por la orilla de la playa. Sus pies descalzos se hundían en la arena, mientras las olas rompían con suavidad en la orilla.
El sol se ponía lentamente en el horizonte inundando el cielo de rosa y fuego. Las estrellas llovían en la distancia. Era un espectáculo grandioso. Como si se asistiera al nacimiento de la creación.
Súbitamente la joven sintió una sensación de calor en sus cabellos. Un fuerte dolor la hizo cerrar los ojos arrancándole un gemido involuntario.
Él la apretó con fuerza contra su pecho. Una ternura creciente por aquella muchacha llegada quien sabe de dónde, ni por qué. Se abría camino en su corazón.
La llevó en raudo vuelo a su torre. Depositándola en la habitación del pabellón más alto. Parecía que desde allí se podía tocar el cielo con estirar los dedos. Cuando abrió los ojos, descubrió que la miraba con una mezcla de admiración y ternura.
Frente al lecho de colgaduras de plata había un enorme espejo. Casi se detiene su corazón cuando vio su imagen reflejada. Sus cabellos tenían el tono de una llamarada viviente. Su mirada era gris; como el cielo cuando anuncia la tormenta.
─ Eres importante para mí.─ Le dijo Luzbel ─ Puedo sentirte creciendo dentro de mí lentamente. Fluyes en mi alma, como el aire que estoy respirando ahora.
Lía lo miró dulcemente. Atrayéndolo a su regazo. Acariciando la dorada cabellera que ningún mortal tocara jamás. Sus manos se unieron, mientras sus cuerpos se atraían con un magnetismo que hacía temblar los cimientos de piedra.
Lo impuro no tuvo entrada en aquella entrega profunda que dejó marcas en ambos corazones que el tiempo no llegaría a borrar.
Siguieron días plácidos para los habitantes de la ciudad rebelde. La esperanza volvía al desterrado príncipe que miraba con menos rencor hacia las alturas. Lía era feliz aprendiendo sus costumbres. Paseaban cada tarde tomados de la mano por la playa.
A veces tenía miedo cuandola sostenía del talle y volaban alrededor de la ciudad, sobre el océano, a la luz de la luna. A veces no podía creer que la amara.
Pero las muestras de cariño que le ofrecía a cada momento eran tan hermosas; que su amor por él era más grande cada día . Lucifer lo sentía y era feliz por ello.
Baltasar regresaba al castillo todas las mañanas en busca de nuevas órdenes para los soldados.Las incursiones al mundo humano habían cesado. Las legiones demoníacas permanecían inactivas.
Parecía en aquellos momentos Ankara, una ciudad como cualquier otra. Había jóvenes sentados, charlando animadamente en los parques. También ellos tenían dones manuales. Confeccionaban lindos vestidos joyeríafina, vasijas de barro coloreadas que imitaban las aves del cielo y las flores del campo.
Había también un enorme coliseo donde los ángeles demostraban sus cualidades para la guerra. Eran entrenados por los generales más fuertes. Amenadiel, Ithuriel, Samael, Baltasar.
Hermosos seres. No había comparación entre ellos. Cada uno era único en su manera de ser. Maestros en todas las disciplinas de armas. Dominaban un elemento esencial.
Amenadiel controlaba el aire. Podía provocar huracanes, tornados, tormentas y tifones. Traer la muerte impidiendo la respiración a todo lo vivo que fuera corrupto.
Ithuriel controlaba el agua. Hacía su voluntad en cuanto a inundaciones, maremotos y penetraciones del mar. Todo líquido existente en la naturaleza, era moldeado por sus manos. Su presencia era causa de males incalculables.
Samael controlaba la tierra y los animales impuros. Traer derrumbes, terremotos, erupción de volcanes y pestes era su misión.
Baltasar era señor del fuego yde la guerra. Aquel bello jovenzuelo,controlaba la carrera armamentista en todo el mundo. Dirigía el ejército de ángeles del príncipe caído.
Lucifer era señor de todos los elementos. Podía transformar la materia, dar vida a los muertos, controlar el tiempo y apoderarse de la mente humana.
Podía tentar a los hijos de Dios, apartarlos del camino al cielo, poseer sus cuerpos y hacerlos abominables a los ojos del señor. Cuando cedían a las tentaciones que ponía en su camino para hacerlos tropezar.
Todo esto parecía haber quedado en el pasado. Había llegado una tregua para el mundo. Pero aún sin la influencia de los demonios. La humanidad seguía su camino de maldad y destrucción.
En el cielo el señor de los justos asistía a la transformación de su hijo. Perplejo de que estuviera sucediendo tal anomalía.
Se había negado a mirar en el corazón de sus hijos. Dándoles libre albedrío como a los humanos. Por eso le sorprendía los pasos que daba su primogénito.
No creía que hubiese perdón, para la aberración en que se había convertido su hijo predilecto; y le dolía en su alma inmortal.Al verlo recobrar su esplendor. Se preguntaba si aún había esperanza.
La luz volvía a brillar con fuerza en medio de la oscuridad. El amor es la más bella, la más radiante de las luces.
Sabía el padre que algo no iba bien. Su segundo hijo; Miguel, el Arcángel de Plata se comportaba extrañamente. Deplorando en su interior la decisión tomada. Decidió explorar su verdad.
Pasaron varios días. Más pudo la curiosidad de Miguel que despojándose de su armadura celeste, se fue a la tierra en busca de su hermano. A pesar de la prohibición de su padre.
Varios siglos atrás Miguel y Lucifer hacían visitas a la tierra para ayudar y proteger a la humanidad. Pasaban una prueba de fe al cambiar de dimensión.
La pureza de La Estrella del Alba, le permitía mantener su bellísima forma natural, en un cuerpo humano. Miguel se convertía en una bellísima mujer de cabellos rojos y ojos verdes.
Una tarde cuando regresaban de auspiciar un matrimonio entre sus fieles Lucifer bromeó con su hermano.
─ Eres la mujer más bella del mundo. Deberíamos casarnos, tener muchos hijos. Seríamos los dioses en la tierra.
Desde ese día el pecado anidó en el corazón inmortal del arcángel de plata.Dejó de ver a su hermano como un ser inmaculado y codició en lo profundo el deseo carnal.
Puso todo su empeño en hacerlo pecar yasípoder cumplir su objetivo. Apropiarse del hermoso cuerpo mortal del Arcángel mayor.
Sabía que cuando los ángeles son desterrados olvidan sus vidas pasadas. Contaba con su excepcional belleza. No le sería difícil seducirlo después de su caída.
Lucifer era un arcángel sin pecado. El amor y la bondad eran sus armas. Era amado por todos. Su padre estaba orgulloso de él.
Sin embargoel príncipe mayor era orgulloso de su saber. Amabasu poder yno mentía jamás. De esto se aprovechó su hermano para hacerlo caer.
Esa mañana se prosternó ante el trono de Dios.
─ Padre, tu hijo trama una rebelión. Me ofreció matrimonio y ser los dioses en el mundo de los hombres.
El padre de los cielos sintió dolor en su corazón. Sabía del carácter voluntarioso de su hijo. pero creía en su alma libre de pecado a pesar de la calumnia tan terrible yno tomó medidas. Decidió ignorar la acusación de su hijo menor. Cuyo empeño creció mientras crecía su maligno deseo.
Una tarde sabiendo que su padre los miraba. Conociendo el carácter bromista de su hermano; yque su padre no entendería el lenguaje que habían aprendido de los humanos; en los habituales viajes al mundo físico. Se arriesgó hablándole de esta manera a Luzbel.
─ ¿Te acuerdas hermano lo que me propusiste el día de la boda de aquéllos mortales cuando regresábamos a casa?
Luz lo miró extrañado. Luego fingió seriedad y afirmó
─ Piénsatelo bien preciosa. Seremos los dioses de ese mundo. Después soltó su limpia carcajada y voló lejos.
Su padre sintió el golpe de una puñalada. No creía lo que acababa de escuchar. Al ver el rostro sombrío del señor. Miguel sintió una salvaje alegría, que su padre confundió con lealtad hacia él.
─¿Te alegras hijo de probarme que tu hermano conspira contra mí? No te he enseñado a ser cruel.
Se disculpó en apariencia. Sabía que la sentencia contra su hermano estaba firmada.
El padre se reunió conNeo, la conciencia celeste.
Estuvieron hablando largo rato. Neo, le reprochaba su decisión de no mirar en el alma de sus hijos. Lo instó a recuperar sus poderes. Recordándole que solo unificándose con su conciencia, volveríaa ser omnisciente.
Pero el señor no le escuchó.
.─ Si hago lo que me pides dejarás de existir y te aprecio mucho
Neo, le contestó
─ Un día no muy lejano, deplorarás no haberme escuchado. Olvidas que yo soy tú, en este cuerpo que has creado para mí. Quieres menos responsabilidades. Pero ser el señor del universo, tiene su precio en dolor.
El señor mandó llamar a su hijo y reunióa todos los ángeles en asamblea suprema.
Allí delante de todos le preguntó
─ Hijo mío. ¿Le dijiste a Miguel que tú y él serían dioses en la tierra?
Al oír la pregunta Lucifer tembló.
─Padre, no has entendido mis palabras. Toda mi vida te he sido leal. Sabes que no hay pecado en mi corazón.
─ ¿A caso dices delante de estos ángeles que yo miento, hijo mío?─
Conclaridad omnisciente el Arcángel Mayor entendió que alguien le tendía una trampa. El pecado había llegado a los cielos. Su padre no lo entendería. Fallaría en su contra.
El dolor hizo quetodo a su alrededor se hiciera gris. Una llovizna fría empezó a caer. El padre, sintiendo el dolor de su hijo.Deploró en su corazón el juicio al que lo había sometido.
Pero mal interpretó sus sentimientos diciéndole:
─ Arrepiéntete hijo y te perdonaré.
La llovizna cesó. Se sintió el calor del fuego cuando el arcángel de alas color zafiro contestó.
─ No tengo de que arrepentirme padre. No hay pecado en mi corazón.
Volvió a encolerizarse Dios. Su vos era un huracán cuando volvió a decirle que respondiera la pregunta. Luz no mentía jamás. Sabía que su respuesta lo condenaría.
─ Así ha dicho mi boca, padre.
Hubo un murmullo que creció como huracán ante la respuesta. Los ángeles no lo creían. Miguel se regocijaba en su interior, creyendo haber consumado su deseo; sin saber que le esperaba una decepción.
─ Explica tu conducta Arcángel Mayor ─ exigió el padre.
─ Nada tengo que explicar . Como humano me expresé. Utilicé su estilo y costumbres para hablar.Es todo. ¡No lo entenderías!
─ ¿Es todo dices? Te has vuelto como ellos. Serás como ellos. ¡Desterrado! Esa es la sentencia para toda la eternidad. Esa es mi sentencia para el hijo indigno.
La brutal ofensa encolerizó al Arcángel. Su voz era la voz de muchos eones cuando respondió
─ ¡ No he pecado! Acepto el destierro. No quiero ser el hijo de quien juzga la palabra sin mirar el alma.
Ciego de ira, el padre gritó
─ ¡ Abajo el zafiro, abajo el tridente milenario! Sin poder seas, si has pecado. Sin gloria seas, si has pecado. Solo la pureza de tu corazón en este día, mantendrá el poder que heredastesobre toda la materia.
Fue tomado y expulsado. Un tercio de los ángeles se fue voluntariamente al exilio con él.
Los hombres vieron llegar a los ángeles desterrados en forma de lluvia de estrellas. Tuvieron tanto miedo a lo desconocido, que crearon una maldición. Sobre un monstruo que bajaba de los cielos envuelto en fuego.
Terriblemente afligido el Arcángel mayor llegó al mundo. Los humanos imaginaron que bajaba de los cielos echando fuego y azufre. Por eso cuando sus pies tocaron la tierra su belleza había desaparecido.
El pecado no había tocado su corazón y mantuvo su poder. Como arcángel seguía siendo el más fuerte después de Dios y del arcángel Nova. El portador de la corona de estrellas y la armadura rubí.
El destructor de galaxias. Este arcángel Sostenía la corona de los mundos del señor del universo. Se debía únicamente a Dios.
Los ángeles le temían. No parecía tener voluntad. Ejecutaba fríamente las órdenes del señor . Mientras los ángeles lloraban ante la vida que se apagaba en mundos que ya no podían sostenerse.
Este arcángel vomitaba fuego y hielo destruyéndolo todo en una explosión gigante; que traía consigo la destrucción pero también el nacimiento de un astro joven.
Lucifer odiaba particularmente a este arcángel. Nadie había podido ver su rostro jamás. Su silueta se mantenía protegida por un haz de llamas color de fuego.
El día de la expulsión de Lucifer. Nova se encontraba camino a casa. Quedó atrapado en la avalancha entre el cielo y la tierra. Que no regresara, significaba que no luchó por su vida.
Iba sin su armadura. Ni siquiera la poderosa visióndel señor lograba encontrarlo. Al prometerse no mirar en sus almas, perdía el poder para encontrarlas. Dos ángeles, Miguel y Lucifer podían dar con su paradero.
Sus cuerpos se atraerían. Nova podía exterminar cualquier manifestación material o espiritual. Pero estaba unido a los Arcángeles por un lazo incomprensible.
Cuando Miguel vio en lo que se había convertido su hermano. Lo desechó de su pensamiento sin remordimiento alguno. El mal ya estaba en él.
Ahora, al ver que había recuperado su hermosura. El pecado adormecido había regresado con más fuerza. Decidido a obtener lo que deseaba. Viajó a la tierra.
Lía dormía. Lucifer estaba en lo alto del campanario viendo pasar las nubes; cuando sintió la presencia.
─¿A qué debo el honor hermano, después de tanto tiempo?¡No eres bienvenido aquí!
─ Sabes que mi padre me tenía prohibido venir
.─ ¿Entonces, a que has venido?¡ Yo te amaba hermano! Si hubieras estado en mi lugar, yo me hubiera ido contigo. No hubiera pensado en lo que diría mi padre.
El pecado hirviendo en la sangre, hizo imprudente a Miguel que le contestó.
─ Pero ahora estoy aquí. Podemos estar juntos.
Le tomó las manos. Lo oprimió con las redondeces de sus pechos mientras sonreía. El contacto impuro desagradó a Lucifer desde lo profundo de su corazón.
─ ¿Qué crees que estás haciendo?─ le preguntó.
─¿Seduciéndote!¿ No lo ves? Acaso no soy la más hermosa. Todo estuvo muy bien planeado, hasta que te convertiste en esa cosa. ¡Ahora te quiero para mí!¡ Serás mío! Como planee desde el principio.
La certeza entró como un cuchillo en el alma del príncipe mientras Miguel se reía malévolamente. Ignoraba que el alma del príncipe celestial estaba sin pecado cuando llegó al mundo, y conservaba intacta toda su energía.
En un arranque de furia. Desplegó el arcángel mayor sus alas de zafiro. Dañando seriamente el cuerpo mortal de Miguel con su fuego sagrado. Este se libró a duras penas del homicida ataque.
Amedrentado por la poderosa demostración. Lo amenazó con odio.
─ Volveré. Sin tu armadura serás eliminado por mis rayos de diamantes. A ella la mataré. ¡No te dejaré ser feliz!¿ Cómo es posible que prefieras a esa sucia mortal que a mí?
El padre desde su trono miraba con pena y determinación. Deploraba el error que había cometido tanto tiempo atrás, con el destierro de suprimogénito. La perfidia de su hijo menor lo anonadó. Recordó las palabras de Neo .
Se había negado a mirar en sus almas y ahora medía las consecuencias de sus actos. Solo Dioses el principio y el fin. Solo Dios es sin pecado. Toda creación perfecta es imperfecta en su concepción.
Lucifer corrió a la habitación donde Lía dormía. Estaba bañada en sudor, temblaba. Llamó a gritos a Baltasar. Su corazón temía lo inexplicable.
Hacía varios días que la miraba dormir y la veía desvanecerse lentamente, diluirse, desaparecer. Luego volvía a materializarse.Tenía miedo perderla. Había buscado entre los sabios la respuesta sin encontrarla.
Pero Baltasar tenía la respuesta, increíble, dolorosa. Así le dijo:
─ Señor tiene que ser fuerte para escuchar la verdad.Lía es un alma que no ha pasado la barrera primera. ¿Por quésu espíritu vino a parar aquí? Nunca lo sabremos.Su cuerpo mortal vive y está reclamando el alma que mora en su interior. Debe dejarla marchar.
─ ¡Nunca! Baltasar. Ella es mía. Por amor me pertenece
─Señor. Si no la deja marchar su cuerpo morirá y el alma irá al lugar de descanso. La perderá para siempre. Si vive, puede buscarla por el mundo.
─ ¡Ella me olvidará! Baltasar─ Le respondió el príncipe con un hilo de voz. ─ Ellos olvidan.
─Ella es diferente. ¡ La encontraremos!
Lía sonrió tristemente. Estaba débil. Había luchado por días contra aquella fuerza que tiraba de ella.Le tomó las manos a Lucifer diciéndole:
─ He vivido a tu lado la felicidad que nunca tuve. Noolvidaré jamás lo que se siente ser amada. Me voy, para poder encontrarte de nuevo.¡ No quiero el paraíso sin ti!
Voy a condenarme contigo. Compartiré el castigo que Dios te imponga voluntariamente. Solo me importa nuestro amor.¡Búscame! No me olvides. ¡Te prohíbo olvidarme Lucifer!
Le dijo, mientras se desvanecía inexorablemente; las lágrimas corriendo por sus transparentes mejillas.
El dolor del príncipe por la pérdida de la mujer que amaba. Era imposible de describir. La impotencia hizo que en el corazón del arcángella luz y las sombras iniciaran una danza macabra.
La ciudad se oscureció. Negra ceniza empezó a caer de los cielos.
El señor de los mundos lloraba en su trono, mientras el hijo levantaba su imprecación contra el cielo
─ ¿No me dejarás ser feliz padre?¿Me seguirás castigando toda la vida? ¿Qué quieres de mí?
En el mundo espiritual Miguel se alegraba del sufrimiento del hermano. Ignoraba que su padre lo sabía todo.
Se había ajustado la armadura de diamantes para cumplir su amenaza, y con una cara de inocencia perfecta. Pidió la bendición del padre para ir a patrullar estrellas.
El Señor tomó su decisión. Fue hasta donde estaba la armadura de zafiros del arcángel mayor e invocándola le ordenó:
─ Busca, protege a tu señor.
Tras ella envióel tridente milenario. Después se paró ante su trono, tomando la flamígera armadura de Nova.
─ Destructor de mundos. Arcángel de fuego y hielo.Donde quiera que estés protege tu corazón. Sé que estas en peligro aunque no pueda verte. ¡Que los hermanos te hagan despertar con la furia de su lucha!
¡Despierta Arcángel! Para que reine la armonía. Que la muerte y la vida traigan el equilibrio al universo.
En forma de enormes gemas una azul, otra roja. Partieron hacia la tierra las celestiales armaduras.
En el mundo físico Lía despertaba de un coma que duraba varios meses. La primera cara conocida era la de su padre. Todo estaba confuso dentro de su mente.
Al otro lado de la habitación estaba su pareja. Parecía emocionado de verla despertar. Le tomó la mano con ternura, mientras acariciaba sus cabellos.
El cuerpo de Lía reaccionó negativamente al contacto por medio de violentas convulsiones.
Sentía como si fuego y hielo corrieran por su cuerpo a velocidades ultrasónicas. Entonces recordó la ciudad perdida. La habitación de la torre con sus cortinas de plata.
Y a él. Aquella mirada azul, donde cabían los secretos del universo. Sus manos que podían levantar el mundo. Aquel cuerpo perfecto y suyo; que fuera la primera creación divina.
No podía dejar de llorar. La desesperación del príncipe. El último abrazo y la promesa de encontrarla. Se fundían en dolorosas imágenes en su cerebro.
Todo había llegado de golpe afectando su frágil equilibrio emocional.
Ella creía en la promesa. En medio de su dolor. La esperanza era un oasis, donde su alma encontraba paz.
Su pareja intentó tomar su mano nuevamente. Ella la retiró suavemente pero con firmeza:
─ Quizás no sea el momento adecuado para conversar de lo que pasó. Pero es el único tiempo que tendremos. No quiero que te vayas sin decirte, que al fin he encontrado mi camino y no estás en él.
Continuó con voz pausada:
─ He valorado mi vida. Ahora sé que el alma es capaz de elevarse y llegar a lugares donde solo puede vivir el espíritu. Comprendí que es posible valorar la felicidad después de haber sufrido mucho; cuando la alegría o los placeres nos han sido negados.
Agradezco la etapa de sufrimiento que viví a tu lado. Eso me permitió encontrar y amar al espíritu morador de la tierra; que una vez habitara en el cielo.
Tengo un nuevo propósito en la vida. Si debiera esperar esta vida y otra vida para lograrlo esperaría.
Sé que hay esperanzas después de la muerte. ¡El alma es inmortal! y perdurará. Aún cuando el cuerpo físico haya dejado de respirar y moverse.
Rafael la escuchaba con atención; sin entender lo que Lía le estaba diciendo. Su mente no aceptaba los conceptos que acababa de oír.Pensó que eran los delirios de una mente perturbada por el coma. Poco a poco recobraría la cordura .
Le dijo
─ Descansa, mañana estarás mejor.
Fuera de la habitación se escucharon gritos y gente corriendo aterrorizada. El cielo se había coloreado de rojo. Una bola de fuego gigantesca avanzaba a gran velocidad. Parecía dirigirse hacia el edificio donde se asentaba el hospital.
No sabían dónde esconderse. ¡Parecía no haber salida! Los cristales de la habitación de Lía se rompieron en diminutos pedazos. El tiempo parecía haberse ralentizado; cuando la llamarada irrumpió y se estrelló en elpecho de la joven.
Dejando al descubierto un rubí del tamaño de un puño, que se hundió en la carne protegiendo el corazón. Sus cabellos parecían llamas vivas. Cuando abrió los ojos allí estaba la mirada grisácea que parecía contener el universo.
Rafael estaba sorprendido. Lo había visto todo pero seguía sin entender. Aquella joven que yacía en la camilla era y no era la suya. Sabía que acababa de perderla. Habían sucedido cosas que nunca podría explicar.
Se alejó de su lado sin remordimientos liberado de aquel compromiso que le había atado, hasta el momento en que la vio envuelta en llamas.La verdadera esencia de su relación fue debelada. No la amaba. ¡Le temía! Por eso la maltrataba. Era un sentimiento siempre latente en su interior. Recordaba las noches de insomnio sentado en la sala mientras ella brillaba en su cama y se cubría de llamas coloradas. Muchas noches se había despertado gritando con el fuego quemándole la piel.
Nunca había dicho nada a nadie. Ni siquiera a ella. Muchas veces creyó que estaba enloqueciendo. No, ¡No estaba loco!Ahora que lo constataba se sentía libre.
En la montaña. El zafiro estaba nuevamente en poder de Lucifer, que levantó los ojos al cielo. Al fin su padre, se había dignado a mirar dentro de sus corazones. Encontrando las respuestas que había ignorado por propia voluntad.
La Lucha era inevitable. Podía sentir el batir de las poderosas alas de su hermano que llegaba a su encuentro. Oler su odio en el aire.
Sin una pregunta, sin siquiera mirarlo. Miguel dirigió el poderosohaz de luz del cetro de diamantes sobre su hermano, gritándole:
─ Te lo advertí. Lástima destrozar tan hermoso cuerpo. Pude haberme divertido mucho con él.
─ No lo creo ramera celestial ─fue la respuesta de Luzbel después de haber esquivado el poderoso ataque.
Cuando vio la armadura de zafiro proteger a su hermano Miguel comprendió que su padre ya sabía la verdad. Pero se dijo a sí mismo que no sequedaría sin su venganza. Ralentizando el tiempo salió dispuesto a matar a Lía en el plano terrenal.
Lucifer salió tras él. Temía llegar un minuto tarde. Fue una conmoción la entrada en el hospital de los arcángeles. Las brillantes alasdesplegadas, el caminar firme del ángel de plata.
Luego el ser de las alas azules y los cabellos de oro. El estruendo de la pelea se levantaba hasta los cielos.
Baltasar y Amenadiel llegaron al lugar de la lucha. El príncipe les recomendó protegera Lía.
Pero era tarde. Miguel había dirigido sus mortales rayos de luz hacia la habitación de la joven, reduciéndola a escombros. Causándole a Líamúltiples heridas.
Ambos llegaron al mismo tiempo a su lado. La sangre corría por su lindo rostro. Tenía el pecho destrozado por los escombros.
En un acceso de salvaje furia Lucifer levantó su tridente
─¡Te mataré! Maldita bestia.
Cínicamente le respondió el arcángel.
─ Puedes matarme. Pero ella no estará para consolarte en tu eternidad. No podrás regresar al cielo. Estarás aquí solo. Te ofrezco quedarme contigo. Juntos gobernaremos este mundo.¿ No era eso lo que querías?
La respuesta fue dura. La furia concentrada podía tocarse con los dedos.
─ Prefiero recordarla lo que dure mi eternidad, a estar un segundo más a tu lado. Levantó el tridente dispuesto a dar el golpe final, cuando ella le habló.
─ No lo hagas. Es un arcángel contiene el espíritu de Dios. Sería tu condenación eterna.
Ambos se dieron vuelta.
─No puedes estar viva─ dijo Miguel mientras la atacaba con tanta rapidez que, Lucifer no pudo prever el ataque. Atenazado por la sorpresa y por una sospecha terrible, que se habría sendero lentamente en su corazón.
El ataque del arcángel fue absorbido por el cuerpo de Lía que se cubrió de llamas coloradas, mientras tres pares de poderosas alas de fuego la alzaron de la tierra.
─ Vuelve a atacar Miguel, y me darás la satisfacción de borrar tu mancha de la creación.
Terriblemente asustado Miguel soltó su cetro ante elpoder que podía reducirlo a la nada . El fuego de Nova era capaz de destruir tanto la materia como el espíritu.
Baltasar y Amenadiel se inclinaron ante el arcángel destructor de mundos.
Lucifer estaba anonadado.
─¿Lo sabías? ¿Por qué no me dijiste la verdad? Me engañaste todo el tiempo.¿ Cómo pudiste hacerme esto?¡Eres mi hermana!¿ Cómo podré vivir sin ti?. ¿Cómo podré vivir con lo que hemos hecho? Hemos ofendido a Dios.
Nova fue hacia él. Le tomó las manos. Sus lágrimas al tocar el suelo se convertían en flores rojas, como gotas de sangre.
─ No lo sabía Lucifer. Hace muchos siglos cuando te expulsaron de casa yo regresaba de la tierra.¡ Ya te amaba! También yo viajaba al mundo de los hombres, aprendí sus costumbres.
Supe del amor. Comprendí que no podría vivir sin no estabas.
Salí tras de ti. Pero mi cuerpo humanoestaba débil, no podía contener mi fuerza. Se estaba deshaciendo. Baltasar creó un campo magnético para proteger tu llegada a la tierra que pulverizó mi cuerpo humano. Me aprisionó en un nuevo nacimiento. Estuve tan cerca de ti ese día. ¡Casi pude tocarte!
Después olvidé todo. He renacido como humana muchas veces. Hasta que te encontré.
─ Me quedaré contigo Lucifer. Te amo. No te dejaré otra vez.
El Lucero del alba se levantó:
─Te quiero más que a nada. Pero no te haré pecar otra vez. Mi padre te necesita. Debes ir con él. Pídele perdón por lo que hemos hecho. ¡Te perdonará, lo sé! Yo hice mucho daño. Debo expiar mi culpa.
Miguel que no había hablado en largo rato dijo.
─ Mi victoria es completa Lucifer. Has renunciado al amor¡ Sufrirás! Los humanos olvidan. Nosotros somos ángeles amamos para siempre. También me río de ti Arcángel Nova. Ni con toda tu enorme fuerza has podido retener el amor.
Hubo un silencio triste. Roto, por las carcajadas de Miguel que caían como puñaladas en las almas de los enamorados.
No hago desaparecer tu infamia de este mundo Arcángel de Plata, porque deshonraría a nuestro padre.
─ Yo lo haré Nova.─ Dijo el príncipe ─ Es lo correcto.
Levantó su tridente dispuesto a cumplir la amenaza. Mientras Miguel aterrorizado pedía misericordia a Dios.
─ Baja tu arma Hijo mío.
Era el Señor que había dejado su trono de estrellas para hacer justicia.
Los ángeles se inclinaron, mientras el señor acariciaba la dorada cabellera de Lucifer. Conmovido por la fuerza y la bondad de su corazón.
─ Me he equivocado. Reconozco que soy culpable de tu sufrimiento hijo mío. He aprendido una lección de amor. De todos ustedes.
De los ángeles que abandonaron el cielo por amor a mi hijo. De mi hijo amando a una joven con el alma rota.
De la joven que sin saber quién era ella te amó. Creyó en ti, y en mí . Aceptando quienes somos con fe limpia.
Y una lección de aceptación. Al ser traicionado por mi propia creación.
He recuperado los poderes que repartí, intentando delegar mi función de protector y creador del universo. Comprendíla responsabilidad que tengo sobre todo y sobre todos.
Seré una vez más omnisciente, omnipresente. En todas partes, a cada momento, en todas las cosas.
¡Yo soy el creador!¡ La conciencia celeste! Todo lo que existe lo he creado, y soy responsable por ello. ¡ No volveré a olvidarlo!
Arcángel Mayor , a pesar del daño que has causado. Demostraste que tu alma inmortal brilla en tus actos y decisiones. No podrás ir al cielo todavía. Seguirás demostrándome que eres digno.
Este mundo necesita un juez.Solo los justos heredarán la tierra prometida. Los que sean sin pecado. Aquellos que superen las tentaciones terrenales. Los verdaderos puros de corazón.
Juzga con integridad pero duramente. Porque el corazón de los hombres se inclina hacia el mal. Te doy el poder para ver dentro de toda alma maligna, crear destrucción sobre todas las almas malignas. Las conservarás y castigarás hasta el día del juicio.
Construye el infierno para castigo de los inicuos. Como yo construí el paraíso para los justos. Esa será tu tarea de ahora en adelante.
No solo te daré trabajo hijo mío. Tu amor me conmueve. Con amor creé todo lo que existe.
Te daré lo que dura una vida humana, para que seas feliz con la mujer que has elegido. Nova olvidará su vida en el cielo, morirá como humana en la tierra. Luego renacerá junto a mí. Como el arcángel poderoso que siempre será.
Volverás a conocer el dolor de la pérdida cuando ella muera. Eso te hará más fuerte. La felicidad se aprecia mejor ante, lo efímero de la existencia terrenal.
Nova es la fuerza destructora que construye. La creación que ha tomado forma engendrándose a sí misma. No se avergüencen de su amor .
Lucifer hijo mío.Debo regresara mi mundo. Haz el trabajo que te he encomendado con limpieza de corazón. Vive tu amor cada día, como si fuese el último.
Ustedes son dos poderes distintos. Dos tiempos unidos por lo más poderoso. El amor. Lo increado. El que se crea a sí mismo.
Defiende a los que aman la verdad. Sé, un juez justo. Demuestra equidad e imparcialidad en cada juicio. Eres el juez de los condenados.
Los dos arcángeles se abrazaron.
Lucifer le preguntó a su amada:
─ ¿Estás segura de que quieres renunciar a la inmortalidad y el poder por tanto tiempo, para quedarte aquí conmigo?
─Nuestro padre no me preguntó, porque conocía mi respuesta. Una vida será poco para vivirla a tu lado. Mi amor es demasiado grande para caber en una sola de vida.
Dios, se regocijaba de la felicidad que acababa de proporcionar. Miguel, el hijo indigno. Se retorcía los dedos de rabia y maquinaba futuras venganzas.
El señor del universo le tenía reservado su castigo.
─A ti, Arcángel de Plata. Gracias por demostrarme lo equivocado que estuve, dándolelibre albedrioa los arcángeles. Por eso, tu disolución no será inmediata.
Te daré toda una vida humana para meditación y arrepentimiento. Tu castigo, será ver la felicidad de tu hermano encadenado a mi trono. Felicidad que quisiste impedir con indignas acciones. Si tu arrepentimiento es verdadero vivirás.
No te llamarás más Miguel. Ardol, será tu nombre. Siempre que escuches ese nombre, recordarás tu caída. Serás el ejemplo de la vergüenza en los cielos.
En un carro de fuego subió Dios a su trono de estrellas. Debajo, Nova y Lucifer quedaron abrazados.
El príncipe de los ejércitos celestiales había caído a la tierra siglos atrás. Las tres cuartas partes de sus soldados lo siguieron voluntariamente al destierro. Una luna de sangre se asomó sobre el horizonte de la humanidad cuando las alas color zafiro de Lucifer. Trocaron el azul del cielo por el carmesí de las pasiones […]
El príncipe de los ejércitos celestiales había caído a la tierra siglos atrás. Las tres cuartas partes de sus soldados lo siguieron voluntariamente al destierro. Una luna de sangre se asomó sobre el horizonte de la humanidad cuando las alas color zafiro de Lucifer. Trocaron el azul del cielo por el carmesí de las pasiones […]
El príncipe de los ejércitos celestiales había caído a la tierra siglos atrás. Las tres cuartas partes de sus soldados lo siguieron voluntariamente al destierro. Una luna de sangre se asomó sobre el horizonte de la humanidad cuando las alas color zafiro de Lucifer. Trocaron el azul del cielo por el carmesí de las pasiones […]